cuando todo se inunda e incendia. y ni siquiera capacidad
de contemplarlos: la urgencia afuera. mujer poema que somos. tan
intocable, intachable, que siento que lo pierdo. que en medio de las
aguas de la nada, de todo eso que nos cuesta soltar, de las
fabricaciones de la memoria, de la necesidad, de lo ilusorio que nos
reponga el motor, el ímpetu, el cebo, el objetico afuera: ser quien sos y
amarte por eso. saber quien soy, aunque tantos me hayan dado por
perdida. y seguir asistiendo a esa percepción. las exageraciones de la
memoria. ofrecerme. quién sabrá que suceso activará el resto de lo
venidero? quién se puede plantear el control? te quiero infinito, aunque
no nos hayamos dicho un piropo, tan enfrascadas, llevadas por la
tumultuosa corriente de la existencia de hoy. quién podrá revivir las
noches los silencios, las tardes de campo o viajando. furias eléctricas
que hemos sido. doma, resignación sana necesaria, desvaríos, desboques.
percibir edades, cambios, transmutaciones. pedirle sin desesperaciones a
los cuatro elementos que no nos succione. plegaria de claridad.
ejercicio automatico de otrora. saber que en vos no hay juicios. o
quizás. nuestro espejo incesante. te deseo hordas de bienestar, repleto
de hilos dorados que aunque sea te traigan en sueños hechos polvos cerca
de mi corazón.
pd: si supiera manejar un blog ( que el mio simpre ha sido
de los más complejo en mi caso, te propondria hacer un frente de
exorcismos, como otrora)en común. me salvaría casi.
porque
nuestros revoltijos no deberian quedar en la penumbra privada. porque
más allá de todo somos finitos. corpusculos ínfimos habitando la
enormidad.
todo esto eso y no sé me pasó al volverte a ver. los egos
estallan. tratando de simplificar te digo gracias amiga de años
insólitos, repletos de colores y matices. a puro impulso inofensivo.
--
V.
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