viernes, febrero 28, 2014

M. me preguntó cuatro años después, si había escrito este cuaderno tan peculiar que me trajo de su viaje, con mucho cariño. Le dije que no... Lo estuve guardando todo este tiempo, repleto de silencio por temor de arruinarlo con mis ruidos, mis palabras, mis diagonales. Hoy decidí romper con eso, o quizás construir algo en esto. Entre el amor que llega por una puerta grande, doble, abierta de par en par y este ritmo de cambios que arrasan como agua, como tormenta. Decido no silenciar-me más; hacer mi valija, sacarle punta al lápiz, oler el papel de la primera hoja y amar a cielo abierto, unir mi casa con la de un hombre hermoso que descubrí hace un montón de años y recién conocí ayer, juntar mis manos con su piel, besar sus latidos, crear un árbol.

1 comentario:

José A. García dijo...

Suena, casi, a Cortázar en 'Salvo el crepúsculo'.

Un gusto volver a leerte

Saludos

J.